viernes, 6 de febrero de 2009

TE EXTRAÑO

Madre, sólo a pocos momentos de tu partida siento la más profunda soledad. Sí, estoy con mi familia, pero tu espacio es insustituible. Creo sentir un poco, la soledad de la muerte. Si se parece a esto, que sentimiento tan desgarrador acoge a las almas que esta visita. Sin embargo, tengo la fortuna, si se puede a eso llamar así, que con sólo marcar pocos dígitos, tu figura aparece en forma de voz y me acompaña. Cuanto siento el haberte dado el más mínimo sufrimiento. La naturaleza lo compensa y ahora soy yo quien sufre. A diario, cada segundo. Tu venida reactivó mi niñez y espero conseguirme contigo en cada esquina. Cada cabecita blanca, parece la tuya y me digo: Ves, lo sabía. No se fue. Está aquí.

Mi reina, quiero que sepas que estoy pensando en ustedes a cada momento. Creo que sólo el trabajo y la admirable compañia que tengo me ayudan a sobrellevarlo.

Te quiero, hasta luego.

Fernando.

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