Mami, el destino de nuevo me la juega. Se ha tenido que marchar Mildred, y no me recuperaba de tu partida, cuando llega su ausencia. Que dolor debes haber sentido, tu mi sol, por mi partida. Desde esta distante prisión cada día valoro más tu esfuerzo y constancia para con nosotros. Dios quiera mis hermanos sepan valorar tu presencia cercana. Mi reina, cuidate mucho para poder vernos pronto, yo intentaré lo mismo. En nuestro próximo encuentro llevaré mi camisa sin botón para que sean tus manos quienes remedien la pérdida. No imaginas cuanto te extraño.
Fernando
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario